Lapislázuliz

Palabras en el aire que buscan ser respiradas.

Tus ojos cerrados,
tu mano izquierda en el pecho (cerca de tu corazón)
y la derecha en mi muslo desnudo.

Así se pasan las horas en esta habitación.
Tu cabello cae hasta tu  frente,
con dedicación aparto cada hebra para poder besarla.

Cansado, recorres con tus dedos mi cuerpo
sin esfuerzo,
te lo sabes de memoria
eres como un compás
eres la brújula.

Las horas se rompen
en nuestro vaivén,
no las sentimos en los huesos
ni en el único ombligo que nos acoge.

Así amanecemos en estas mañanas frías
y agujereadas de Lima
sin contar las horas
que pasan herméticas entre nuestra piel
hablo en singular, somos uno.